Esta es la receta de las clásicas cookies con trocitos de chocolate. En mi casa vuelan, los niños las devoran y los mayores no nos quedamos atrás (que siempre echamos la culpa a los niños...)
Empecé a hacer estas galletas porque un día fuimos a merendar a un Starbucks con unas amigas de mi hija. Todas se pidieron un vaso de leche con vainilla (y no sé que otra guarrada más) y una cookie del tamaño de mi mano abierta. Se la comieron con un gusto que me dije, estas galletas las tengo que hacer yo.
Así que me puse a buscar en Internet y encontré esta receta, pero no sé de donde es (lo siento). A veces me pierdo entre tanta página…
Salen bastantes, aunque yo no las hago tamaño Starbucks.
Ingredientes:
- 150 g de azúcar
- 150 g de azúcar moreno
- 125 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 2 huevos L (también a temperatura ambiente)
- 1 cucharada de extracto de vainilla
- 340 g de harina de trigo
- 1 cucharadita de bicarbonato sódico
- 1 cucharadita de sal
- 150 g de gotas de chocolate
Podemos hacerlas en cualquier robot amasador (Thermomix, Kitchen Aid, o lo que tengamos en casa), o a mano si tenemos un buen brazo.
Precalentamos el horno a 180°.
Tamizamos la harina y la mezclamos con el bicarbonato y la sal. Reservamos.
En el vaso ponemos los dos tipos de azúcares y la mantequilla y mezclamos a velocidad media durante 1 minuto. Bajamos lo que se queda en las paredes y batimos otro minuto.
Añadimos la vainilla y sin parar de batir echamos los huevos uno a uno. Batimos hasta que estén bien integrados.
Bajamos la velocidad y vamos echando la harina poco a poco. Por último incorporamos el chocolate y lo mezclamos todo 30 segundos.
En una bandeja de horno ponemos una hoja de papel (de horno) y vamos poniendo pegotes de masa, no muy grandes y bastante separados porque aumentan mucho su volumen, (si los ponemos muy juntos tendremos una galleta del tamaño de la bandeja ¡a ver como se quedan los del Starbucks!).
Horneamos unos 12-15 minutos. Las sacamos y las dejamos unos minutos en la bandeja. Después las pasamos a una rejilla para que se enfríen.
Quedan blanditas y esponjosas. Si las queremos más crujientes las tendremos que dejar más tiempo en el horno, ¡¡¡pero así están de vicio!!!!