Dependiendo de la ocasión para la que se haga la tarta, la decoración cambia. Las tartas para cumpleaños suelen tener colores brillantes, las de bautizos son más "pastelonas", las que se hacen para despedidas de solteros más picantes...
Pero a mi las que más me gustan son las blancas. Me parece que quedan muy elegantes y necesitan poca decoración para estar bonitas.
Supongo que me gustan porque las asocio a las bodas, y a mi todo lo que tenga que ver con bodas me gusta (si, confieso que mi vocación frustrada es ser ¡¡organizadora de bodas!! A cada uno le da por una cosa...).
Esta tarta la hice para el Día de la Familia del colegio. No tuve mucho tiempo porque fue una semana un poco complicada, pero a los niños les hacía mucha ilusión que llevara algo, así que, ahí estaba yo, a las 2 de la mañana (otra vez) intentando no complicarme mucho con la decoración, pero que quedara lo mejor posible.
Al final creo que quedó bien. Era una tarta sencilla pero, como dice Paula, muy mona.