Me gustan mucho las tartas cubiertas de crema. Más que las de fondant, además están más ricas. A mi el fondant se me hace bola, está demasiado dulce y me empalaga mucho. ¡Aunque a los niños les encanta! Son capaces de zamparse un muñeco entero de una vez. ¡Que sobredosis de azúcar!
Esta tarta fue para el cumpleaños de Bea (y de su mami Amparo porque los cumplen el mismo día). Ella la quería de crema (¡bien!) y en tonos azules. Y, por favor, por favor, con una sirena.