Después de más de dos meses sin publicar nada, aquí estoy de nuevo con una receta sencilla pero muy socorrida. Yo, sinceramente, no concibo mi vida sin la salsa de caramelo salado. ¡Se la echaría a toooodoooo!
Podéis usarla en tartas, con tortitas, con helado, para rellenar bombones, lo que se os ocurra. ¡Imaginación al poder! Eso si, es adictivo, os lo advierto.
Hay muchas recetas para hacer salsa de caramelo salado pero todas se basan en los mismos ingredientes: azúcar, mantequilla, nata y sal.
Esta es la que yo utilizo:
Ingredientes: (para unos 450 gr.)
- 100 gr. de azúcar moreno
- 100 gr. de azúcar blanca
- 100 gr. de mantequilla
- 200 ml de nata para montar
- sal en escamas (al gusto, yo suelo poner una cucharadita colmada)
Ponemos la mantequilla en un cazo a fuego medio hasta que se derrita. Añadimos el azúcar moreno y el azúcar blanco y removemos hasta que se deshagan.
Una vez deshecho, subimos un poquito el fuego hasta que empiece a hervir y oscurezca.
Añadimos la nata con cuidado porque empezará a burbujear. Removemos y añadimos la sal. Bajamos el fuego.
Lo dejamos un rato más dependiendo de lo espesa que nos guste (cuanto más tiempo la tengamos más espesa será).
La retiramos del fuego y la guardamos en un tarro de cristal. Cuando se haya enfriado completamente la guardamos en la nevera.
¡Probadla y me contáis!