Esta tarta la
hice para el cumpleaños de Adriana, una amiga de Paula.
Le tengo un
cariño especial por dos razones, primero porque me parece una tarta monísima y segundo
porque sufrí muchíiiiiiisimo para hacerla. Ahora me río al contarlo, pero la
verdad es que lo pasé mal.
Cuando
decidí hacerla no me pareció tan complicada, pero la sorpresa vino más tarde.
Hice el
bizcocho de chocolate que suelo usar para las tartas fondant (la receta es
esta) en dos moldes semicirculares. Les puse ganaché de chocolate en el medio
para unirlos, di forma al bizcocho haciendo las hendiduras de los lados de la
calabaza y por último, la cubrí con más ganaché de chocolate. Después la metí
en la nevera para que se enfriara y poder cubrirla con el fondant.
Utilicé
fondant blanco que teñí con colorante en pasta naranja (orange) de Wilton. Cuando me puse a cubrir la tarta
eran casi las 2 de la mañana (si, ya se que no son horas de estar cubriendo
tartas con fondant, pero a veces tengo que hacer estas cosas a horas
intempestivas) y aquí es cuando empezaron los problemas. De repente me vi con
media tarta cubierta y la otra media con un montón de fondant sobrante. Había
tantos pliegues que no sabía que hacer con ellos.
Me gustaría
que alguien me hubiese grabado en esos momentos. Con una mano en alto sujetando
la tarta (me sentía como Hamlet: ser o no ser, esa es la
cuestión…) y con la otra intentando cortar y meter los pliegues hacia el
culo (perdón) de la tarta. ¡No había manera! Estuve a punto de dejarlo, pero
como nadie me gana a cabezota, al final conseguí que quedara medio decente.
Lo bueno de
las tartas fondant es que los fallos son muy fáciles de tapar con adornos, y
como esta llevaba muchas hojas en la parte de abajo, al final los pliegues que
no conseguí eliminar no se vieron.
Las hojas
las hice con fondant verde de FunCakes
y los ratones con blanco que coloree con colorante en pasta de Wilton, naranja (orange) y marfil
(ivory).
La chimenea
y la base también eran de fondant blanco teñido con colorante Wilton violeta (violet).
Al final
quedó muy bien y a Adriana le gustó mucho, pero creo que todavía tardaré
bastante tiempo en volver a hacer una tarta redonda.