Cuando tengo que hacer una tarta para un adulto, me da miedo que quede muy infantil. No hago muchas para mayores y temo que salga a relucir mi lado "princesa". Y más en este caso que tenía que ser una tarta un tanto "rockera", pero creo que al final quedó bastante bien.
Lo que más me costó fue la guitarra porque el mástil porque era muy fino y se me rompía. Al final conseguí que se sujetara bien y aguantara (dos viajes en coche). Creo que Satu se la ha guardado porque le daba pena comérsela y eso me alegra porque significa que le gustó.
Por primera vez utilicé el papel comestible. Tenía muchas ganas de usarlo pero no me había surgido la ocasión, y en esta tarta me pareció que quedaría muy bien poner algunos de los discos del grupo. Así que los imprimí en papel y tinta comestibles y quedaron genial. Me gustó mucho el efecto, eso si, hay que tener cuidado porque es bastante frágil.
¡Felices 40 Satu! (¡uy!, se me ha escapado...)