La tarta de Lego la hice para Sandra, que es la hermana de Patricia, para quien hice la tarta de gimnasia rítmica.
A Sandra le encanta el Lego así que el tema de la tarta era fácil. Pero hacerla no lo fue tanto.
Parece una tarta sencilla, pero lleva muchísimo trabajo. Cubrir una tarta cuadrada es bastante complicado, mucho más que una tarta redonda. ¡Las esquinas son una pesadilla! y más en una tarta como esta, que son piezas totalmente rectas.
Después había que colocar los círculos a la distancia exacta (ahí estaba yo regla en mano, midiendo al milímetro). Fue bastante entretenido...
Al final, como siempre digo, lo importante es que a Sandra le gustó mucho (por fuera y por dentro, ¡ñam, chocolate!). Y a mi también. Siempre me pasa, a las tartas que me hacen sufrir les cojo mucho cariño. ¡Todavía sueño con la de la calabaza!