Cuando Mirela me dijo si le podía hacer una tarta, me
asusté. En seguida me dijo: “no es como la de Winnie the Pooh, tranquila”.
Menos mal...
Esta era sencilla. Era para el cumpleaños de su marido que
es un forofo del Steaua de Bucarest y sólo tenía que ponerle el escudo del
equipo.